¿Quién no ha soñado con protagonizar una escena como la de “Vacaciones en Roma” y coger una Vespa en las calles de Roma?

Cierto es que el tráfico en la capital romana no es el más apto para aquellos que no suelen moverse habitualmente en moto, pero hoy os proponemos una experiencia excepcional. Un viaje por la Toscana en Vespa.

Y no, no hace falta complicarse la vida y llevarse uno o una la Vespa en avión o hacer cientos de kilómetros. Afortunadamente en Italia, y sobre todo en la Toscana, son ya habituales los servicios de alquiler de las tradicionales y adoradas moto-Vespa. Con marchas o automáticas, el viajero tiene la oportunidad de elegir el modelo que más se adapte a su forma de moverse.

Lo ideal es una Vespa para dos. Así se comparten gastos y el trayecto es divertido y único. Ya sea en pareja o con amigos nuestra propuesta es la siguiente.

Viajar hasta Roma en avión. Normalmente las compañías Low Cost tienen un coste que oscila entre los 100 y los 150€ en temporada media para un billete de avión de ida y vuelta. Una vez en Roma, y si el destino elegido es la Toscana, desde allí se puede coger un tren (estación de Termini) e ir hasta la localidad elegida: Siena, Montepulciano, Montalcino, Pienza… Una vez allí es fácil encontrar empresas que se encargan de alquilar las adorables vespas por una media de unos 60€ por día, todo incluido. En los propios hoteles o albergues pueden daros toda esta información.

 20160526-nwp1-magisnet-com_a3 (2)

Una vez montados en la Vespa lo único que hay que hacer es recorrer las carreteras que atraviesan la Toscana y que te llevan a pueblecitos únicos surtidos de viñedos, campos de trigo y las famosas “cantinas” que no son otra cosa que enotecas en las que se puede degustar el famoso “vini nobile” de la tierra y comprarlo.

Parar la moto en los campos, extender una toalla y hacer una siesta bajo el sol de la Toscana es otro de nuestros consejos. Nada como el relax que estas tierras ofrecen al viajero. Además, los habitantes de esta preciosa tierra son abiertos y gustan hablar con el turista. Nuestro consejo es hacer caso a los lugareños, dejarse llevar y hacer kilómetros con la Vespa para disfrutar de la experiencia.