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Motos clásicas a precio de oro
//3 noviembre 2016

Las motos clásicas están de enhorabuena. La pasión por las dos ruedas cada día va sumando adeptos. Ha dejado de ser una moda, si es que alguna vez lo fue, para convertirse en un estilo de vida.

Hoy hablaremos de algunas de las motos clásicas que han sido vendidas en subastas, todas ellas alcanzando cifras astronómicas.

En primer lugar, la joya de la corona. La Harley-Davidson Panhead “Captain America”, pilotada por el actor Peter Fonda en la película de 1969 “Easy Rider”, alcanzó en subasta la cifra de 1.35 millones de dólares. La película, de culto para muchos aficionados al cine y las motos, fue clave en el precio final. Conducida en aquella época por la policía de Los Ángeles, fue modificada para darle un aspecto más salvaje en el film.

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La Cyclone Board Track Racer, propiedad de Steve McQueen, un gran aficionado a las motos clásicas,  llegó a un precio final de 775.000 dólares. Esta motocicleta se fabricó en 1915, y cuentan que solo se fabricaron 13 unidades. Esto, unido a que una leyenda viva como McQueen fuera su propietario, sin duda justifica su elevado coste.

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La Winchester 6 HP es una motocicleta fabricada en 1910 por una de las mayores empresas de fabricación de armas. Solamente fabricaron 200 unidades. Con más de 100 años, y en perfecto estado, alcanzó la cifra de 580.000 dólares.

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Las Brough Superior SS100 “Alpine Grand Sports” siempre están situadas entre las de mayor valor en el mundo de la moto clásica. Sus modelos de 1929  y 1926 alcanzaron cifras de 492.000 y 450.000 dólares respectivamente. La Brough Superior SS80 de 1922 también figura entre las más caras, con un precio de 463.000 dólares.

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La Ariel 650 Cyclone, de 1956, fue propiedad del mítico cantante y pionero del Rock & Roll, Buddy Holly. Se vendió en subasta por un precio de 450.000 dólares. Está comprobado que el Rock & Roll y el mundo de las motos van de la mano, una unión prácticamente indivisible.

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Queda patente que la moto clásica es más una pasión que una afición y en su valor influye el cariño que le ha dado cada propietario. No hay duda de que siempre es un dinero bien invertido.