James Bond es al Aston Martin lo que Aston Martin es a James Bond. Hay películas que no se entienden si no son sobre ruedas, una dosis de adrenalina y gasolina que ya forman parte no sólo de la historia del cine, sino de nuestra propia historia. Hoy te proponemos que disfrutes con la selección de los mejores coches de película. Rugen los motores.
Quien no recuerda a Sean Connery conduciendo su Aston Martin DB5 en Goldfinger, una saga que ha evolucionado en el tiempo hasta llevar el mítico DBS a las manos de Daniel Craig en Quantum of Solace? Una filmografía que lo ha inmortalizado y convertido en el segundo protagonista de la saga, un protagonista que ha crecido a golpe de lo que hoy llamaríamos widggets que lo favorecían cada vez mas frente al sempiterno Alfa Romeo que le perseguía.
Y si nadie se resiste a máquinas que rompen la velocidad del sonido ¿qué hay de aquellas que rompen la barrera del tiempo?. El Delorian se convirtió en el sueño perfecto de cualquier escapista, bautizado así porque su creador, DeLorean Motors Company, sólo fabricó este modelo, el DMC-12. Un vehículo cuya peculiares ‘alas’ nos han llevado al futuro y devuelto al presente, a una realidad donde su carrocería de acero inoxidable sin pintura lo han convertido en un objeto de culto.
Pero si hay un coche para el que el tiempo no pasa ese es el Ford Torino, popularizado por el inconfundible Harry el Sucio, quien sustituyó los caballos por una máquina que representa el new deal estadounidense. Cleant Eastwood consiguió así, dirigir una de las pocas películas del cine con nombre de coche (sin menospreciar a la famosa ‘Eleanor’ de Gone in 60 seconds), pero ojo, que los Ford Torino tienen más de un título, y sino que se lo pregunten a Starsky y Hutch.
Y si hablamos de ideales americanos, ¿por qué no recalar en aquel taxista que se debatía entre la Justicia legal y la propia ante la corrupción neoyorkina? Ese que consiguió una nominación a la ansiada estatuilla de oro por su papel de excombatiente de Vietnam por las horas que echaba al mando de un Checker Marathon por las calles de Nueva York? Hay un antes y un después de Robert de Niro en Taxi Driver, de la misma manera que hay un antes y un después del Checker Marathon.
Y si de cambiar nuestra percepción de la historia se trata nada mejor que recordar cómo Michael Knight combatía la injusticia y defendía a los desamparados gracias a su inseparable prototipo de automóvil de alta tecnología llamado KITT (Knight Industries Two Thousand). Antes de que Robocop llegara al cine, KITT era el robot más solvente del universo de los superhéroes, este Pontiac Trans Amno y su enrojecida mirada no dejó a nadie indiferente.
Pero si de correr se trata nada mejor que recordar la escena de Los Caraduras donde el Pontianc Trans Am escapaba de todo aquel que osara intentarlo. Cuando Burt Reynolds y Sally Field pilotaron esta joya sobre rudas nunca pensaron que sus escenas acarrearían a la compañía ventas de 54.000 unidades vendidas en solo dos años.
Todo lo contrario a lo experimentado por Interceptor, uno de los protagonistas de la apocalíptica Mad Max. Un Ford Falcon XB GT que era el resultado de una moda que trataba de imponer los ´muscle car´ americanos y que no compartió el éxito que experimentó la película, cuya inversión de 350 de dólares se convirtió en unas ganancias se multiplicó hasta alcanzar los más de 100 millones de dólares en todo el mundo.
¿Ya hemos hablado de futuro? Pero en este caso, sin viajes en el tiempo sino a una realidad paralela. A quién no le suena el Tumbler, o en su defecto, Acróbata?. Si Bond se movía en un Mustang, una marca que ha hecho al hombre-agente, el hombre de negro, el de capa y antifaz, una de las mejores creaciones de Marvel, lo hacía en su batmóvil. Todas sus versiones han sido muy bien acogidas por el público, traspasando de generación en generación, pero, si alguna de estas variantes se lleva la palma, es la creada por Christopher Nolan en la última entrega de Batman, de más de 2 toneladas de peso y capaz de pasar de 0 a 1000 km/h en 5 segundos. Alguien da más?